A la hora de trabajar con alumnado TDAH en el aula debemos tener muy presente las peculiares características de este tipo de alumnado y sus particulares necesidades.
Algunos de los
siguientes indicadores son, digamos, de común aplicación a este tipo de
alumnado; otros se han aplicado con un alumno TDAH con resultados positivos:
·
Refuerzo positivo en conductas
apropiadas.
·
Ignorar en conductas inapropiadas
(siempre que se pueda).
·
Utilizar siempre que se pueda el
refuerzo social (por ejemplo, cuando está sentado decir en alto al resto de la
clase lo bien que lo está haciendo).
·
Reconducir la conducta inapropiada en
vez de reñir (por ejemplo, cuando se levante mandarle algún recado: tirar un
papel a la papelera, coger un libro de la biblioteca de aula…).
·
Situar a este alumnado en un lugar con
pocas distracciones (ni cerca de ventanas, ni de la puerta, ni de la biblioteca
de aula…).
·
Tenerle de “ayudante” para que tenga
momentos en los que se mueva y esto no tenga consecuencias negativas.
·
Cuando hay tiempos vacios en clase,
dejarles dibujar les ayuda a concentrarse.
·
En la relación con los compañeros/as,
como surgen muchos conflictos, normas muy claras y concisas (y con
consecuencias también muy claras).
·
Tiempo fuera del aula con la supervisión
de un profesor/a cuando molesta, no respeta o tiene conductas agresivas.
·
Cuando tienen desfases de atención,
intentar hacerles partícipes de la explicación para que vuelvan a centrarse.
·
Preguntas cortas y directas sin nombrarle
(invitar que participe en la tarea sin que se note).
·
En la realización de tareas,
actividades… recordarles que se acaba el tiempo porque muchas veces no tienen
control sobre el mismo.
·
Establecer unas normas de clase en las
que tengan todo el material a utilizar estructurado.
·
Tener en la mesa solo el material que
van a utilizar, secuenciar muy bien los pasos del material que deben utilizar
en cada momento.
·
Empezar siempre las clases con las
mismas rutinas porque así les ayudamos a organizarse y puedan anticipar lo que
van a hacer.
·
Si es posible, situarles al lado de
algún alumno/a más tranquilo/a y reflexivo/a para que les sirva de ayuda (la
metodología de trabajo cooperativo puede incidir positivamente en alumnos/as
TDAH).
·
En las explicaciones, utilizar diversas
tonalidades de voz para llamar la atención sin que él/ella y los demás se den
cuenta a quien te refieres.
·
Enseñar técnicas de relajación:
Una
técnica que nos funciona muy bien, sobre todo con alumnado de Educación
Infantil y de Primer Ciclo de Primaria, es la técnica de la tortuga.
Se
parte de un cuento en el que la protagonista es una tortuga que resolvía
siempre los conflictos pegando y que le enseñaron a que cuando ocurriera una
situación conflictiva debía parar, meterse en su caparazón, respirar y pensar.
Se
les explica que cuando les ocurra algo similar, deben cruzar los brazos para
meterse en su caparazón, respirar profundamente y pensar antes de actuar (paro-
pienso - actúo).
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